jueves, 21 de agosto de 2008

Luz

La bala brilla a lo lejos, podrías confundirla con una estrella. Esperar, mirándola o distraidos, no disminuirá su impacto. "Esas cosas están hechas para herir a personas", pero no se disparán solas. De facto, esas estrellas que nos pertenecen a todos sólo son el disparo al aire que nunca dimos esperándo a ser realizado para cambiar su trayectoria y volar a nuestro entrecejo, y abrir una rendija al hilillo de luz algún día invocado y devuelto por la esperanza que soltamos a volar. El universo también tiene sus propias armas, y cuando te cabreés con él y le disparés, te la devolverá partiendo tu cabeza en dos, haciéndote elegir entre todo o él mismo, autodirigiéndose desde su propio centro. Con una gran noticia que contarnos: que estamos hechos a su imagen y semejanza, y que si evitamos nuestros agujeros negros sin perderlos de vista encontraremos nuestras galaxias.
Y que viva la luz.

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