viernes, 12 de diciembre de 2008

Intenciones

Puedes comprar a todos los que te rodean,
o venderte en un reflejo de tu propio deseo.
Puedes matarme, matarte, matarnos,
y decir que solo fué un accidente mientras reivindicas hipócritamente la vida.
Puedes jugar conmigo mientras duermo despierto,
o puedes soñar que lo haces mientras te contemplo de reojo.
Puedes regalar tu alma al diablo o a mí,
o convertirla en oro.
O tal vez prefieras pisotear el mundo carnal
tanto como desprecias el resto.
Puedes cambiar de perspectiva,
o acusar a una multiforme de estar equivocada o relativizada,
y de nuevo será un reflejo que deslumbre tu narcisita espejo
que sólo necesitaba de un poco de tu parte para ser transparente.

Pero tengo un ojo puesto en cada una de tus intenciones,
y no te perdonaré.